Con frecuencia veo en las redes comentarios de personas que me indican que hay confusión ahí fuera con el tema de las proteínas en la alimentación. Muchas personas piensan que todo lo que no sea carne no tiene proteínas o tiene muchas menos y que por tanto no queda más remedio que comer carne. La cuestión es, que no se trata de que porcentaje de proteínas tenga un determinado alimento, sino que en nuestras ingestas siempre estén todos los aminoácidos (los ladrillos de construcción de las proteínas) esenciales, es decir, todos los aminoácidos que nuestro cuerpo no produce y por tanto necesitamos comer, ya que esto es esencial para que nuestro organismo realice sin carencias sus funciones.

En este blog he encontrado una explicación clara del tema, el contenido en diferentes aminoácidos de los alimentos y también todas las posibles combinaciones de alimentos para conseguir lo que llaman proteínas completas, es decir, proteínas con todos los aminoácidos, como la carne.

https://crearsalud.org/claves-para-combinar-las-proteinas-vegetales/

Mochilas sobrecargadas de libros



¿Son las mochilas sobrecargadas de libros las responsables de parte de los problemas musculoesqueléticos que padecemos de adultos?

Te imaginas ir cada día al trabajo con hasta 15 kilos a la espalda: así van al colegio algunos niños, con el 20% de su peso en la espalda.

El cuerpo de los pequeños se adapta al peso cambiando la forma de caminar, un proceso en el que se pueden generar lesiones de espalda, cadera, rodilla y pies y esto claramente repercute en su salud infantil y adulta.

Os invito a leer el articulo completo en el País.

El miedo paralizante

Quiero creer que el tiempo en el que se hacían cosas, como sentencias judiciales, sin consultar a la neurociencia está a punto de desaparecer. Hoy en día, después de décadas intentando desentrañar el complejo misterio del cerebro humano, se conoce con bastante precisión cual es el estado mental ante un evento traumático, especialmente los que implican asaltos a nuestro ser mas íntimo, el asalto sexual. En este tipo de violencia y en todas en general, se activa el circuito neuronal del miedo, parte de nuestro sistema límbico o sistema emocional. La activación de la amígdala en particular, libera una serie de neuroquímicos que producen una reacción paralizante en nuestro organismo, oscureciendo simultáneamente la parte ejecutiva de nuestro cerebro, el cortex frontal. La reacción se traduce en una inmovilidad paralizante que algunas describen como de “muñeca de trapo”, y una imposibilidad de reaccionar ante lo que pasa. Es esta una reacción en principio inevitable, consecuencia de una programación ancestral de nuestro cerebro que es resultado de ser y haber sido posibles presas de los depredadores. Solo hay una salida a este miedo paralizante y es el entrenamiento para aprender a reaccionar de una manera diferente. Para evitar ser agredidas muchas mujeres aprenden artes marciales para defensa personal (como el wendo*), pero lo primero que se aprende en estas disciplinas es a olfatear y alejarse de situaciones sospechosas o comprometidas. Reaccionar antes es mucho mejor que tener que luchar, por ejemplo, sobre todo en situaciones claras de inferioridad de condiciones.

Es una pena que nuestros jueces no estén actualizados en este conocimiento (y de paso en el de la perspectiva de género) y no nos eviten el bochorno de escuchar algunas sentencias en caso de violaciones. Sin embargo, en vista de la falta de justicia, nos queda la esperanza de que al menos tenemos la alternativa de aprender a no ser una presa tan fácil por culpa del miedo paralizante.

* En Mallorca se imparten talleres de wendo

El miedo paralizante
Dra Maria José Hernández Ortiz
www.doctorahernandezortiz.es